
¿Quiénes Somos?

Visión
Ser una institución líder en la formación integral con solido proceso formativo, con alto grado de inteligencia espiritual, humana y académica, promoviendo la pedagogía del amor, la fraternidad, el cuido y protección de la casa común.
Misión
Ofrecer a la comunidad educativa una formación de calidad en las dimensiones espiritual, humana y académica, inspirada en los valores evangélicos, marianos y franciscanos, que le lleve a la realización de su vocación, comprometiéndose a “Reparar la viña del Señor”, siendo miembros constructivos de una sociedad más justa en armonía con su entorno.


Compromiso
Crear una experiencia educativa integradora, humanizante, que promueva la autonomía, la libertad y responsabilidad, formando niñas, niños y adolescentes competentes, ciudadanos comprometidos y seres humanos íntegros.

Nuestras Políticas








Nuestros Valores
MISERICORDIA
Es una manifestación del amor evangélico y la disposición ante las necesidades del que sufre, se manifiesta en amabilidad, escucha, generosidad, solidaridad, comprensión, perdón y reconciliación (cfr. Mt 5, 1-12; 25, 31-46).
«Felices los compasivos porque obtendrán misericordia”
(Mt 5,7).
LIBERTAD
Capacidad de tomar decisiones, fundada en la verdad, que, iluminada por la fe, conduce al rechazo del pecado y a la apertura a la gracia, acogiendo plenamente las inspiraciones del Espíritu Santo (cfr. Jn 8, 31-36; Rm 6, 18-23).
“La verdad os hará libres”
(Jn 17,21).
A ejemplo de Jesús, que siendo rico se hizo pobre, para que fuéramos colmados de la riqueza de Dios, Francisco nos invita a vivir en actitud de servicio y desprendimiento a fin de compartir con los demás los dones que de Dios hemos recibido (cfr. 1R, 8 y 9).
“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”
(Mt 11,29).
PUREZA
Virtud que consiste en amar a Dios con alma y corazón limpio, y evitar en cuanto sea posible los pecados que cometemos. Se manifiesta en la transparencia nítida y plena de la huella de Dios en nosotros, reflejo de su belleza (cfr. Mt 5,8; CaIC 2517-2519; 1R XXII, 26; Adm 16, 2; PNPF II, 4).
“Alma limpia, corazón puro y cuerpo casto”
(Oración a San José).
ARMONIA CON LA NATURALEZA
Compromiso de promover el cuidado y defensa de la vida y la naturaleza, al estilo de San Francisco, amándola, respetándola y reconociendo, que toda la creación es obra de Dios y casa del ser humano (cfr. Sal 8; CaIC 337-344, Cánt).
“Loado seas mi Señor por todas tus creaturas”
(Oración a San José).
Experiencia cercana, cordial, cariñosa, delicada y alegre de unidad con el hermano, que se fundamenta en el amor a Cristo, por lo que nos reconocemos y sentimos hermanos e hijos de un mismo Padre, dispuestos a realizar fielmente la voluntad de Dios como misión común (cfr. CC 1984,16; CC 2008, 77).
“Que todos sean uno como Tú Padre en Mí y Yo en ti”
(Jn 17,21).
MINORIDAD
Encuentro del hombre con Dios en el que dialoga con Él, participa de sus dones y recibe la gracia para traducir en actos concretos de fe, esperanza y amor los acontecimientos cotidianos de la vida (cfr. RTOR 5; 2R V, 1 – 2).
“Pon tu pensamiento y cuidado en el Señor y Él te asistirá”
(San Francisco).
PAZ
Como fruto del Espíritu Santo, consiste en establecer relaciones armónicas con Dios, las personas y los demás seres de manera respetuosa. Es vivir interiormente en una actitud cristiana para asimilar los dones de Dios y entregarnos a trabajar por el bien y la prosperidad de los demás, al modo de San Francisco quien fue un hombre e instrumento de paz (cfr. Lc 10, 5; CaIC, 2304, 2305; 2R, 3-13).
“El Señor te de la paz”
(N° 6, 26; San Francisco).

MISERICORDIA
Es una manifestación del amor evangélico y la disposición ante las necesidades del que sufre, se manifiesta en amabilidad, escucha, generosidad, solidaridad, comprensión, perdón y reconciliación (cfr. Mt 5, 1-12; 25, 31-46).
«Felices los compasivos porque obtendrán misericordia”
(Mt 5,7).

LIBERTAD
Capacidad de tomar decisiones, fundada en la verdad, que, iluminada por la fe, conduce al rechazo del pecado y a la apertura a la gracia, acogiendo plenamente las inspiraciones del Espíritu Santo (cfr. Jn 8, 31-36; Rm 6, 18-23).
“La verdad os hará libres”
(Jn 17,21).

A ejemplo de Jesús, que siendo rico se hizo pobre, para que fuéramos colmados de la riqueza de Dios, Francisco nos invita a vivir en actitud de servicio y desprendimiento a fin de compartir con los demás los dones que de Dios hemos recibido (cfr. 1R, 8 y 9).
“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”
(Mt 11,29).

PUREZA
Virtud que consiste en amar a Dios con alma y corazón limpio, y evitar en cuanto sea posible los pecados que cometemos. Se manifiesta en la transparencia nítida y plena de la huella de Dios en nosotros, reflejo de su belleza (cfr. Mt 5,8; CaIC 2517-2519; 1R XXII, 26; Adm 16, 2; PNPF II, 4).
“Alma limpia, corazón puro y cuerpo casto”
(Oración a San José).

ARMONIA CON LA NATURALEZA
Compromiso de promover el cuidado y defensa de la vida y la naturaleza, al estilo de San Francisco, amándola, respetándola y reconociendo, que toda la creación es obra de Dios y casa del ser humano (cfr. Sal 8; CaIC 337-344, Cánt).
“Loado seas mi Señor por todas tus creaturas”
(Oración a San José).

FRATERNIDAD
Experiencia cercana, cordial, cariñosa, delicada y alegre de unidad con el hermano, que se fundamenta en el amor a Cristo, por lo que nos reconocemos y sentimos hermanos e hijos de un mismo Padre, dispuestos a realizar fielmente la voluntad de Dios como misión común (cfr. CC 1984,16; CC 2008, 77).
“Que todos sean uno como Tú Padre en Mí y Yo en ti”
(Jn 17,21).

MINORIDAD
Encuentro del hombre con Dios en el que dialoga con Él, participa de sus dones y recibe la gracia para traducir en actos concretos de fe, esperanza y amor los acontecimientos cotidianos de la vida (cfr. RTOR 5; 2R V, 1 – 2).
“Pon tu pensamiento y cuidado en el Señor y Él te asistirá”
(San Francisco).

PAZ
Como fruto del Espíritu Santo, consiste en establecer relaciones armónicas con Dios, las personas y los demás seres de manera respetuosa. Es vivir interiormente en una actitud cristiana para asimilar los dones de Dios y entregarnos a trabajar por el bien y la prosperidad de los demás, al modo de San Francisco quien fue un hombre e instrumento de paz (cfr. Lc 10, 5; CaIC, 2304, 2305; 2R, 3-13).
“El Señor te de la paz”
(N° 6, 26; San Francisco).


Nuestros principios congregacionales
EVANGÉLICOS
“Creados a imagen de Dios, según el modelo de su Hijo Divino por quien fuimos redimidos, y santificados por su Espíritu” (CC1984, 19), todos hemos sido llamados a la santidad, en auténtica conversión personal a los valores evangélicos de amor, misericordia, perdón, justicia, paz, libertad, verdad, e intensa vida de oración, entre otros (cfr. Mt 5. 25, 31-46; PNPF VI, 15).
MARIANOS
La Bienaventurada Virgen María, patrona de la Congregación, en su advocación de la Inmaculada Concepción, es modelo de pureza, pobreza y obediencia a la voluntad del Padre, acogiendo y meditando su Palabra, y bajo su mirada maternal, queremos vivir el ideal evangélico de comunión fraterna, cooperando con Ella en la salvación del mundo (cfr. CC1984, 14-15; CC2008, 14 y 15).
FRANCISCANOS
San Francisco queriendo vivir el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, lleva a cabo una intensa vida apostólica partiendo de la renuncia, la disponibilidad por el reino de Dios y el anuncio gratuito del mensaje de salvación (cfr. 2R 1, 1; RTOR, 1). El Padre Fundador, Fray José del Refugio Morales Córdova, OFM siendo fiel a la espiritualidad franciscana e inspirado por el Espíritu Santo, imprimió en la Congregación una forma concreta de vivir el Evangelio para que, conservando, sosteniendo y difundiendo los grandes valores de la vida consagrada, demos respuesta a las necesidades del pueblo de Dios, en la práctica de las obras de misericordia, y los valores franciscanos: fraternidad, minoridad, pobreza, alegría, paz, y armonía con la naturaleza (cfr. CC1984, 9; CC2008, 9).