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Significado
La Palabra de Dios constituye el corazón de nuestra actividad evangelizadora (cfr. Dei Verbum, 21; 25; EG 174; ANUNCIAD 19).
Profundización: Para poder proclamarla necesitamos: abrirnos a la acción del Espíritu Santo, escuchar, contemplar y acoger este mensaje que suscita la fe y transforma la vida (cfr. 2 Tes 3,1; cfr. 1 Jn 1,1).
Incluyendo la misma Biblia, simbolizan los cinco continentes, cada uno representado con el color misionero que eclesialmente le corresponde (África, verde; América, rojo; Asia, amarillo; Oceanía, azul; Europa, blanco). Las figuras de las hojas tienen además la forma simbólica del Espíritu Santo, porque Él es “el protagonista de la misión” (cfr. RMi 21-30, ANUNCIAD 36-37).
Profundización: A la vez implica que todos los seres humanos forman parte de la Viña que se nos encomienda reparar; por ello desde la experiencia del encuentro con Cristo (cfr. EG 8, 264- 267) acogemos el mandato del Señor: “Vayan y evangelicen” (cfr. Mc 16,15) e impulsadas por lo que el Magisterio nos urge, somos iglesia en salida (cfr. EG 15, 20-24; 119-121, ANUNCIAD 14) pues existen lugares o ambientes donde la Palabra de Dios no ha sido proclamada o no ha sido recibida como mensaje de salvación. Asimismo, cualquier ambiente o lugar del mundo constituye el campo favorable para compartir el carisma y espiritualidad de la Congregación.
El Espíritu Santo inspira, motiva, anima, da sentido y acompaña la evangelización personal y comunitaria (EG 261), de ahí nuestro anhelo y compromiso de ser “evangelizadores con Espíritu” (cfr. EG 259); también imploramos la intercesión de la Inmaculada Virgen María, quien “se dejó conducir por Él en un itinerario de fe hacia un destino de servicio y fecundidad” (EG 287).
- Verde, por África: nos recuerda las verdes selvas habitadas por nuestros hermanos
- Rojo, por América: simboliza la sangre derramada por los mártires que dieron su vida durante la evangelización de este continente.
- Azul, por Oceanía: nos habla de sus miles de islas esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.
- Amarillo, por Asia: nos trae a la memoria que este Continente está poblado en gran parte por razas de este color, y sus grandes desiertos.
- Blanco, por Europa: nos recuerda la raza aria, originaria de este continente; y el color de las vestiduras del Papa, que también tiene en él su sede.
- Café: se asocia a la tierra, al corazón, al hogar, a la esencia, a la estabilidad, a la eternidad
Tabla bizantina del siglo XII, ícono de Cristo glorioso.
En esta Cruz –de San Damián- se nos refleja a un Cristo que vive y que su cuerpo resplandece con el fulgor propio de quien ha vencido la muerte.
Profundización: Al contemplar este ícono nuestra atención se concentra en la figura de Cristo crucificado. Intuimos la invitación a configurarnos con Él (cfr. Jn 3,16; Gal 2,20), a la vivencia del misterio pascual, a no tener miedo de abrazar la cruz, el sacrificio cotidiano (cfr. Mt. 16,24; Rom 14,8-9, Tes 4,14). Con Él y en Él nuestras alegrías, sufrimientos y esperanzas adquieren dimensión de cielo, de gozo, de contemplación y de alabanza eterna.
Como discípulos misioneros es a este Cristo crucificado y resucitado, a quien anunciamos, siendo testigos de su amor misericordioso (cfr EG 119-121). Estamos comprometidos a ser pregoneros de la Buena Noticia a su estilo: (cfr. ANUNCIAD 15-16) con obras, con el testimonio de vida y con palabras cuando sea necesario (cfr. 1R XVII 3, XVI 7).
Es un símbolo que de manera particular nos identifica como franciscanos-as (cfr. 2 C 10).
El Cordón representa el símbolo de unión con Cristo, de la comunión fraterna y de la alegría hermosa. Los tres nudos significan los principios, cristianos, marianos y franciscanos.
Profundización: Somos conscientes de nuestra fragilidad humana (cfr. Rom 7, 15-25; GS Proemio 1,10, 13,14,16-17); pero al mismo tiempo estamos convencidos de ser llamados a: alcanzar una vida plena en Cristo(cfr. Jn. 10,10; GS 3; 24), irradiar lo hermoso que es vivir en unión con El (cfr. RMi 88), intentar con el auxilio de la gracia, parecernos a Él (cfr. Gal 2,20 PNPF III, 21), esforzarnos por seguir el ejemplo de nuestra Inmaculada Madre (cfr. EG 285- 288), buscar continuamente la comunión fraterna (cfr. EG 99, 101, ANUNCIAD 25-29) y cultivar la alegría (cfr. EG 2; ANUNCIAD 22-23), de ser pregoneros franciscanos (cfr. EG 10, LS 10-12).
El encuentro con Cristo Vivo nos lleva a amarlo, seguirlo y servirlo (cfr. Jn 11,25-26; Mc 16,6; 1 Tes 4,14; Lc. 24,6-7; Sal 42,2-3) Él nos manifiesta el amor misericordiosos del Padre (cfr. Jn 3,16; 1Jn 4,9) y nos promete la presencia del Espíritu Santo (Jn 15,26), camina a nuestro lado como con los discípulos de Emaús (cfr. Lc 24,13-35) y nos sale al encuentro de muchas maneras: en nuestra interioridad, en su Palabra, en los sacramentos, mediante la creación, en las diversas circunstancias de la vida, en el rostro de cada persona, especialmente a través del pobre y necesitado (cfr. Mt 25-40; EG 197-201; LS 16, 23, 49). Éste encuentro con el pobre y el necesitado nos evangeliza y nos permite ver el verdadero rostro de Cristo Vivo.
En gratitud a nuestro Señor anhelamos corresponder, siendo instrumentos de su presencia y de su amor misericordioso para que también nuestros hermanos tengan la experiencia de vivir el gozo y la alegría del Evangelio (cfr. EG 1, 268; ANUNCIAD 17).

Grupos Misioneros

OBJETIVOS
Despertar en los niños el espíritu misionero, descubriendo a Jesús como su modelo y amigo para que sean semillas misioneras en su ambiente.
DIRIGIDO A:
Niños de 6 a 12 años

OBJETIVOS
Fortalecer la vivencia espiritual misionera de los adolescentes para que, conociendo, amando e imitando a Jesús puedan ser discípulos misioneros.
DIRIGIDO A:
Adolescentes 13 a 15 años

OBJETIVOS
Realizar obras de caridad, prestando un servicio profesional o de apoyo de acuerdo a su profesión o habilidades a una comunidad necesitada.
DIRIGIDO A:
Profesionistas que quieren prestar algún servicio en campo misión.

OBJETIVOS
Promover un camino que los lleve al encuentro con Cristo Vivo y por ende a un proceso de conversión para ser un discípulo misionero convencido y congruente con su vocación.
Formar a los jóvenes para su participación en misiones para que puedan realizar una verdadera acción evangelizadora.
DIRIGIDO A:
Jóvenes de 16 a 18 años.

OBJETIVOS
Sensibilizar a las familias para que a partir de un encuentro personal con Cristo Vivo estén dispuestas a colaborar en la tarea evangelizadora de la Iglesia y a adquirir un compromiso de caridad con los más necesitados.
Formar a las familias para que puedan realizar una verdadera acción
DIRIGIDO A:
La familia

OBJETIVOS
Promover que los enfermos y adultos mayores, unidos a Cristo crucificado, ofrezcan al Padre su sufrimiento y oraciones por la difusión del Evangelio, los misioneros, por la Iglesia, por la conversión de los pecadores, viviendo así la dimensión redentora y misionera del dolor como medio para su propia santificación y la salvación del mundo.
DIRIGIDO A:
Personas con enfermedades de larga duración o crónicas y adultos mayores.

Formación para los sacramentos
Los sacramentos son signos especiales del amor y la presencia de Dios, signos eficaces a través de los cuales compartimos la vida de Dios, instituidos por Jesucristo para santificar nuestras almas, son una de las partes más importantes de la doctrina cristiana. Cada uno los sacramentos nos dan una gracia diferente y nos une como católicos en todo el mundo con Jesucristo y entre nosotros.
El Colegio El Espíritu Santo Ciudad Merliot, ofrece la preparación para los sacramentos de la iniciación cristina, necesarios para gozar la plenitud de la gracia que recibimos en el Bautismo.

Bautismo
Todo católico lo recibe como primer sacramento, nos da la bienvenida en la Iglesia, borrando el pecado original, nuestros pecados personales son perdonados, nos convierte en hijos de Dios y miembros de la Iglesia.

Primera cominión
Es el segundo sacramento de iniciación en la Iglesia Católica, después ser bautizado/a, la niña o el niño recibe la Sagrada Comunión por primera vez; recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo, es el primer encuentro personal con Jesús sacramentado como pan y vino.

Confirmación
Este sacramento profundiza la gracia recibida en el bautismo, da la plenitud del Espíritu Santo; nos asemejamos más a Cristo y nuestra relación con la Iglesia se hace más fuerte, somos enviamos a vivir nuestra fe en el mundo, a defenderla y enseñarla por medio de la palabra de Dios, como verdaderos testigos de Cristo
